Se coloca el nuevo “carrejo” (taco) en el viejo Carrejo de Gorostiza
El “Bolo a Cachete” sigue dando pasos creciendo en número de seguidores y en número de carrejos
Con
mucha ilusión, el pasado sábado 11 de abril se colocó el “carrejo” (taco) en Gorostiza. Se reabre así un carrejo cerrado desde hace casi dos décadas y donde, en los años 80, se
jugaron partidas inolvidables que marcaron la historia de este deporte. Un
rasgo más propio de la comarca encartada que ha resistido los envites del
tiempo y de las modas, y gracias a un puñado de aficionados y aficionadas ha
sobrevivido en tiempos difíciles resurgiendo con fuerza en este siglo XXI.
El “Bolo a Cachete” es ya un Patrimonio Cultural
Etnográfico del Valle de Somorrostro (Margen Izquierda y Zona Minera) y único
deporte autóctono de Encartaciones/Enkartazioak, que debemos preservar y
potenciar.
ANTECEDENTES
Por
las investigaciones realizadas podemos afirmar que los
Bolos a Cachete son una expresión cultural propia de Encartaciones/Enkartazioak y exclusiva del Valle de Somorrostro que se pierde en
el tiempo. Dataciones relativas nos llevan hasta mediados del siglo XIX, pero
tenemos dataciones absolutas, hijuelas, donde los carrejos forman parte de
herencias desde 1872.
No
hay ningún “carrejo” (lugar de juego) fuera del Valle de Somorrostro (Margen
Izquierda y Zona Minera). Se ha realizado un inventario histórico y se puede
afirmar que el más occidental era el de Pobeña, en Muskiz, desaparecido poco
después de la Guerra Civil, y el más oriental es el de Basatxu (Barakaldo), que aún se conserva, aunque está en desuso.
Es
pues una expresión cultural propia del Valle de Somorrrostro con vocabulario y
características que no se encuentra en otras modalidades de bolos de la cornisa
cantábrica y/o norte de Castilla.
Es,
sin lugar a dudas, el único juego-deporte autóctono de Encartaciones/Enkartazioak y se presenta como una expresión cultural heredada que
sorprendentemente ha llegado hasta nuestros días.
Hoy
en día se puede considerar esta expresión cultural como una auténtica rareza, aunque no
se comprende muy bien cómo ha podido sobrevivir a las diferentes olas
inmigratorias y a las modas más recientes.
Su
situación actual puede considerarse como delicada, sobrevive gracias a la gente
que ha recibo este legado cultural de sus padres y que no está dispuesta a que
desaparezca.
No obstante, hay carrejos en Zierbena (La Cuesta y La Arena), Abanto-Zierbena (Sanfuentes), Urioste, Trapagaran (Durañona y Ugarte) y Barakaldo (El Regato, y desde hace pocos días el de Gorostiza, que se inaugurará próximamente). En Santurtzi hay un compromiso firme por parte del ayuntamiento -con proyecto ya aprobado- de recuperar el carrejo de Kabiezes, en la zona de Ranzari.
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