viernes, 21 de noviembre de 2014

Presentación del libro "Aquel viejo Gallarta"

Gallartako Kultur Etxean / Casa de Cultura de Gallarta
Asteazkena, azaroaren 26a / Miércoles, 26 de noviembre · 19:00h.
Doako sarrera / Entrada libre

312 páginas con testimonios orales, documentación y fotografías inéditas

Repaso por la historia del viejo pueblo y la vida de los gallartinos antes de su desaparición


Han pasado 50 años desde que las compañías mineras derribaron los edificios más representativos del viejo pueblo de Gallarta -la iglesia, el frontón y el ayuntamiento- para extraer el mineral que se localizaba en su subsuelo. Coincidiendo con este aniversario, el Centro Trueba ha sacado a la luz “Aquel viejo Gallarta”, un libro escrito por Marta Zaldibar, Ricardo Santamaría y José Mª García Lucio que a lo largo de 300 páginas describe los orígenes del pueblo y su evolución, pero sobre todo relata el modo de vida de los gallartinos en la etapa previa a la demolición, esto es, en pleno franquismo, a través de testimonios orales, documentos y fotografías inéditas.

El libro rescata la historia local que quedó sepultada por la expansión de la mina en las décadas de los años 60 y 70. Esa misma mina que en su momento le ayudó a nacer, a crecer, y que lo identificó como pueblo, finalmente también lo hizo desaparecer anteponiendo los intereses económicos a los derechos individuales: progreso para unos pocos a cambio de destrucción de hogares, tierras y formas de vida de otros. No cabe duda de que la historia de Gallarta está ligada al trabajo, al sacrificio y al desarrollo industrial de este país.

A través de sus páginas se evoca la vida de aquel viejo Gallarta, se percibe la música de su magnífica Banda Municipal y el bullicio de los partidos celebrados en el frontón; permite pasear por las empinadas calles y recordar sus edificios. En definitiva, ayuda a grabar en la retina las imágenes que el imparable desarrollo industrial hizo desaparecer, pero que no consiguió que se olvidaran.

Esta investigación también saca a la luz la injusticia cometida con los aproximadamente 5.000 gallartinos que por entonces habitaban el pueblo y que fueron desalojados de sus hogares. A partir de ahí, la pervivencia de Gallarta, o mejor dicho, su reconstrucción, fue una labor lenta y espontánea que dependió más del empeño de los gallartinos que del compromiso institucional. Actualmente, de aquel pueblo tan solo quedan algunos testimonios gráficos, los recuerdos de sus moradores y el nombre propio de Gallarta, recuperado para rehacer una comunidad unos cientos de metros más abajo.

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