¿Quedan restos de ferrerías?




El trabajo etnográfico realizado por la Asociación Itsas Begia de Ziburu (Iparralde) reconstruyendo con su Brokoa (navío tipo vizcaíno) el transporte de mineral de hierro que llegaba por cabotaje a todas las ferrerías de la cornisa cantábrica nos ha devuelto la idílica, aunque engañosa, imagen del trabajo ferrón. Aquella actividad denominada venaquería y, llevada a cabo por los venaqueros, comenzaba en los puertos de Ugarte, Galindo, Causo y Pobeña. Las embarcaciones llevaban mineral encartado, de excelente calidad, hasta las ferrerías de la Corona de Castilla -desde Bayona (Galicia) hasta Urdax (Baztan-Baja Navarra) por el puerto de Askain– adentrándose en ocasiones por las rías o depositando el mineral en pequeños cargaderos. Las ferrerías ubicadas en la costa cantábrica, o próximas a ella, eran numerosísimas. Algunas han resistido el paso del tiempo y, por poner algún ejemplo cercano, se pueden visitar las de Laiseka (Guriezo), El Pobal (Muskiz) y Mirandaola (Legazpi), entre otras... En la comarca de Encartaciones, próximas a la costa, en el centro de las mejores venas y con carbón vegetal abundante, fueron lógicamente muy numerosas.

Recientemente, ADR Enkarterrialde LGA encargó al CDD Trueba un inventario de las ferrerías y molinos existentes en Encartaciones. Siguiendo los principales cauces fluviales que recorren Encartaciones sorprende la abundancia de vestigios que dan testimonio de la importancia pasada.

En el río Barbadún se encuentra en perfecto estado y abierta al público la ferrería de El Pobal (Muskiz), pero además hay restos significativos (presas, estructuras, canales, etcétera) de la ferrería de Los Baos (Muskiz), La Olla, Valdivián (Galdames), El Pendiz, el camarao de la de Llantada (Sopuerta) y el recuerdo, aún imborrable, de la de Biluchi (Muskiz) y la del Arenao (Sopuerta). En su principal afluente, el Colisa, hay importantes señales de la de Las Barrietas (Sopuerta) y la de Santelices (Artzentales).

En el cauce del Agüera existen vestigios de la ferrería de Mollinedo (Artzentales), y de las de Muñañes y Pando, en Turtzioz.

En el cauce del Cadagua se recuerdan varias, pero es en la cuenca de su afluente, el Herrerías, donde se pueden encontrar aún restos de las ferrerías de Artekona (Güeñes), Valle, Largatza y Azkarai (Gordexola). Nos es difícil imaginar cómo sería la comarca en la época en que la actividad económica vinculada a las minas, carboneros, ferrerías y transportistas de carbón vegetal, de mineral y de lingotes de hierro, estaba a pleno rendimiento.

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